Crónica: Día de la madre

La comida y el día de la madre

Salir a almorzar el día de la madre es un plan muy tradicional en Bogotá.



Era un domingo especial, el día de la madre a lo largo de la historia se ha convertido en uno de los días más agitados y esperados por los colombianos durante el año, es el día especial, de ellas, de esas personas, que dieron origen a muchas historias y experiencias, el día de la madre.

Me encontraba en el parque Simón Bolívar, eran las 11: 00 am, como es habitual los domingos es el día de más asistencia a este reconocido parque de la capital colombiana. Ya desde los alrededores se sentía el ambiente festivo locales de diversas características, disponían de sus servicios para vender cualquier cantidad de productos, a la espera de sus clientes que poco a poco llegaban y veían con curiosidad sus artículos promocionales, Me llamo la atención especialmente un local en particular, bajo un estante más que singular, un hombre de unos 50 años manejaba con toda naturalidad sus implementos de cocina con los cuales utilizaba para preparar y manejar cualquier cantidad de alimentos, que resaltaban por su olor y aspecto, que seguramente le causaba más de una tentación a uno que otro transeúnte. 


Después de observar tan singular hecho, me abrí paso entre los diferentes olores que invadían el aire, justo antes de entrar al parque ya que en este sector, se encontraban un número importante de vendedores de comida que iban desde pinchos de carne, hasta hamburguesas que sin ninguna duda se caracterizan por su dudosa procedencia. Después de  la ola de olores entre al tan nombrado parque, que como era usual estaba invadido de personas ya sean deportistas, transeúntes, turistas, estudiantes disfrutando de su día libre o familias que acudieron ese día a disfrutar el día de la madre. Es difícil no fascinarse ante una atmósfera tan acogedora y especial ya que después de llegar del gris de la ciudad, al verde fosforescente del parque es imposible sentir cierta sensación de alivio o placer ante la magnífica panorámica. Decidí explorar el interior del parque, mi propósito ahí era observar de primera mano cómo se celebra el día de la madre, y el papel de la comida ante este acontecimiento tan particular en el contexto colombiano. Con el pasar de los minutos me daba cuenta la gran diversidad de personas que reúne el parque en cuestión, ya que a simple vista se podía observar personas de diferentes características  reunidas en ese lugar, fenómeno que más de una ocasión se ha mencionado para describir la ciudad de Bogotá. Volviendo al propósito de la visita, lograba observar la gran presencia de comerciantes que esperanzados por tener un buen día en cuanto a ventas, ya exhibían sus productos con el propósito de empezar con el pie derecho  cita tan especial que es lo que significa el día de las madres par todo el sector comercial del país. Tal vez por la hora (Aproximadamente 11: 30 am) no se observaba, mucha actividad gastronómica en el lugar, debido a que, como mencione anteriormente los comerciantes de disponían a vender los productos mas no sus clientes ya que en ese momento muchos no se acercaban a probar y a degustar los distintos alimentos exhibidos a lo largo del parque.

Ya con el pasar de los minutos entre mayor era mi recorrido me daba más cuenta de un fenómeno que no ocurría años anteriores, la poca actividad de ventas en cuanto comida era más que curiosa, motivada tal vez en mayor medida  por la menor oferta culinaria a comparación con otros años. Pasando a los alimentos que se exhibían para su venta se podía escuchar en su mayoría alimentos usuales de un domingo  pues puede observar diferentes variaciones de carnes sopas, arepas, frutas, granos, entre otros. Sinceramente esperaba mayor variedad, en cuanto la comida ya que con el riesgo de parecer redundante no se compara con lo visto en otros años.
Ya siendo las 1:00 pm el panorama no cambio mucho al que había percibido horas antes, y en un mero intento de colaborar con al causa me atreví aprobar algo de la oferta culinaria que se encontraba en mi alrededor. Decidí probar un pincho de carne, con el fin de experimentar de primera mano los sabores que se encuentran en el parque en un día de la madre. Más allá que mi paladar no sea de los más exigentes pude comprobar la identidad artesanal y autentica que cauteriza a este tipo de alimentos hecho que de alguna forma de satisfizo.


Ya con la tarea cumplida y con la conclusión de que este día de la madre, fue diferente a los demás, con respecto a lo que se esperaba decidí abandonar el lugar con cierta sensación de   desazón ya que si bien viví una experiencia que me sirvió para redactar la presente crónica me fui decepcionado ya que  mis expectativas ante este día eran mayores, pero no todo fue decepción ya que al menos me quede con la idea de que el próximo año será mejor para la cocina y la gastronomía.       





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